¿Y el currículo para qué?

A lo largo del curso vimos todas las definiciones de currículo, pero ¿cuál es su importancia?

Primero debemos tener en cuenta la clase de educación que tenemos en el país y la forma en la que se opera en el ámbito educativo, debemos entender que los propósitos de la educación no son establecidos por expertos en la materia, que los responsables de hacer cambios, adecuaciones y reformas, son personas que no están en cargos educativos y mucho menos de docencia, son entes ajenos a la educación, que buscan otros fines, no precisamente educativos, sino más bien fines políticos, económicos, que no buscan el beneficio de la población mexicana.

Ahora bien al hablar de los docentes, de los maestros a frente de grupo, incluso de directivos, desconocen el currículo, no están informados sobre todo lo que implica, independientemente del nivel en el que se encuentren trabajando; no conocen la forma en la que tienen que operar, el enfoque, los objetivos del nivel en el que se encuentren, son la parte operaria de la educación y desconocen esta información,  ¿y esto a qué responde? 

Si nos ponemos a analizar la situación, deberíamos comprender que en la formación docente y en la práctica, no se exige el conocimiento de esta información, si retomamos el currículo oculto podríamos afirmar que las autoridades, ni quiera educativas, sino las autoridades políticas, así lo requieren, que los docentes desconozcan la forma correcta y completa de operar, ya que al conocer el currículo les daría nuevas herramientas para trabajar, no solo obedecer a las autoridades y sin cuestionar las decisiones sobre la educación, porque la idea del currículo es esa, ver otras formas distintas de trabajo, tener nuevas herramientas y analizar para cada situación que sería lo pertinente.

El sistema requiere que los docentes únicamente obedezcan a las normas que se les imponen, sin cuestionar si realmente esas decisiones son en pro de la educación, o cuál es su fin;  quieren que los maestros no cuestionen, no analicen, que no se involucren, que solo hagan el trabajo que se les asigna, para que creen alumnos con las mismas características, que sean operarios y que desconozcan el por qué, que obedezcan las normas sin cuestionar.

Debemos ser más abiertos a analizar el por qué, ser reflexivos, y entender que el desinterés por conocer nos lleva a la ignorancia, hay que investigar, hay que leer, informarnos de lo que acontece el país, conocer las reformas, los planes de trabajo, y por supuesto sembrar en los estudiantes esa semilla de la reflexión, del escepticismo, para saber discernir de lo que es útil y lo que no en nuestra práctica docente.

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